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El dilema del pañal

Hace tiempo que quería escribir una entrada sobre el dilema del pañal y ha llegado el gran día.

Como persona concienciada con el medio ambiente que soy, siempre me ha parecido una locura el tema de los pañales deshechables. Los primeros pañales de este tipo aparecieron en la década de los 40, pero no fue hasta los años 50 que se popularizó su uso.

Para ponernos en situación: un bebé gasta una media de 6.000 pañales deshechables a lo largo de su infancia, lo que supone un coste de entre 1.000 y 2.000 euros dependiendo de la marca elegida. Cada pañal tarda 200 años de media en degradarse… imaginemos la cantidad de residuos que se generan.

Por otra parte, los pañales deshechables debido a su composición no dejan que la piel respire. En esas condiciones, son más frecuentes las irritaciones y los hongos. En el caso de los hombres también juegan un papel importante en la infertilidad masculina pues debido a la falta de transpiración los testículos están a una temperatura demasiado alta y pueden no desarrollarse correctamente.

No nos olvidemos de la gran cantidad de químicos usados en la fabricación de pañales que entran en contacto con la piel del bebé. De hecho está probado que las toallitas para bebé tienen un papel importante como disruptor endocrino y también en la sinequia vulvar.

Las compañías no dudan en usar habitualmente productos incluso clasificados como cancerígenos en productos de higiene para bebés. Si queréis saber más, aquí tenéis el caso Johnson&Johnson y el caso de los Dry Max Pampers, ambos han sido de los más sonados, pero hay más. Sólo parece que corrigen esto cuando los usuarios hacen presión a través de las redes sociales.

Ante esta situación me planteé usar pañales de tela y sobre todo toallitas. A día de hoy únicamente utilizo toallitas y toallas normales para la higiene de mi hija. Muy excepcionalmente, en caso de emergencia, fuera de casa, recurro a toallitas húmedas de bebé si alguien me las ofrece, pero lo evito a toda costa.

En cuanto a pañales, he optado por ponérmelo fácil y llegar a un equilibrio. Durante el día uso pañales de tela, excepto por la noche y los días en que peque A va a la escoleta que la llevo con uno normal y cuando le toca cambio antes de recogerla (va únicamente tres horas) la cambian a uno de tela que les he llevado previamente.

Así que en total uso sólo dos pañales deshechables al día. Un paquete de 31 unidades me dura unos 20 días aproximadamente. El impacto es triplemente positivo: para la salud de mi hija, para el medioambiente y para nuestra economía.

Próximamente escribiré un post sobre los pañales y toallitas de tela que usamos.

Un abrazo.

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