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Revisión pediátrica y comida

El lunes a peque A le tocó la revisión de los nueve meses en el pediatra. Sí, fuimos con un par de semanas de retraso, pero daba igual, porque no tocaban vacunas.

La enfermera la pesó y midió, me dijo que la peque está creciendo perfectamente y muy sana. Entonces preguntó: “Bueno, cuéntame qué tal come.” Y yo feliz de la vida pues le empecé a contar que come de todo de lo que le vamos dando, que hacía unas semanas que ya tragaba y que la caca era tipo pasta dental, pero que ahora con los dientes sólo quería teta de nuevo…

Entonces toda seria con cara de alucinada la enfermera me pregunta “¿Me estás diciendo que no estás siguiendo las pautas que damos aquí y que aún das el pecho?”. Entonces yo tranquilamente le dije “Sí, por supuesto que aún doy el pecho, y no sigo las pautas, estoy siguiendo el método de introducción respetuosa de la alimentación complementaria.”

Fue en este preciso instante cuando la cosa se torció. La enfermera se convirtió en un ser hostil que se dedicó a regañarme: 

“Es que si nosotros damos unas pautas es para que las sigáis a rajatabla no para que hagáis lo que os dé la gana.” Vaya, no sabía que te debía obediencia ciega.

“Claro, con razón ha ganado tan poco peso.” Hace un segundo me había dicho que estaba perfecta. Cómo les gusta asustar con lo de ganar peso.

“Tú verás lo que le estás haciendo a tu hija”. Efectivamente, MÍ hija, no hay nadie en el mundo que la quiera más que yo.

“¿Y los cereales?” a lo que yo contestaba “Ya los toma: le hago arroz, espirales de quinoa, avena, sémola, trigo…” entonces ella volvía a la carga “No, yo te digo de los de bote de la farmacia, esos son los adecuados”. Ah vaya. No sabía que los bebés están obligados a comer comida altamente procesada con azúcares y sodio añadidos y plagados de contaminantes.

“Pues ahora cuando entre la pediatra te va a cantar las cuarenta.” Cosa que no sucedió, porque ya hace unos meses cambié de pediatra precisamente porque el anterior era un desastre en cuanto a lactancia (de hecho me intentaba enchufar el biberón a toda costa, casualmente recibe muchas visitadores médicos de una conocida marca de biberones, pero no voy a ser yo la que piensa mal). Cuando tuve la primera cita con ella le hablé de mi modo de ver la crianza y por lo menos tengo que decir que fue respetuosa y se mostró abierta con las distintas opciones.

Total que nos despedimos hasta la próxima cuando toquen las vacunas. ¡Qué sabor tan agridulce se me quedó! Yo que pensaba que me había librado de los talibanes médicos al cambiar de pediatra y ahora voy y me topo con esta enfermera.

Además, llama la atención su falta de actualización. La propia AEPED avala el método Baby Led Weaning como perfectamente adecuado para la introducción de sólidos. O por lo menos debería conocer las distintas alternativas que existen.

Sobra decir que el tema de las “pautas” para introducir alimentos en su gran mayoría son totalmente sacadas de la chistera. No tiene ninguna base científica decir “haces un puré con media manzana, media pera y medio plátano y el zumo de una naranja”. ¿Eing? Sé por mis amigas internacionales que en cada país la cantinela es diferente. Unos empiezan por las frutas y te dicen que ni se te ocurra empezar por la verdura, y en otro país te dicen que al revés, que empezar por la fruta está prohibido y que hay que empezar por la verdura. Patético.

Es una lástima cómo no tienen ni idea de lo que es un bebé normal, es decir, un bebé que mama tal y como la naturaleza lo ha diseñado, que va comiendo a su manera de acuerdo con sus ritmos, es decir, ya no saben lo que es un ser humano que crece sin fórmulas ni papillas ni historias. Muy triste.

Hace poco leía este post de otra mami que va al mismo CAP (centro de atención primaria) que yo y desgraciadamente tiene las mismas quejas.

Un abrazo.

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